Dos años del sexenio de
Manolo
Publicada el 26 de noviembre de 2025 en Más Información
LOCALEANDO - Jaime Villasana Dávila
Se cumplen ya
dos años del sexenio del gobernador de Coahuila, Manolo Jiménez, y corresponde
hacer el “tradicional” análisis respectivo desde afuera y a la distancia, obviamente.
Pero antes quiero señalar que un gobernante, cualquiera sea su nivel, pasa a la
historia (para bien o para mal) por su personalidad y por lo que hace como
gobernante. Y es que hay gobernantes que son buenísimas personas, pero muy
incompetentes siendo gobernante o viceversa.
Citando lo anterior, aquí mis comentarios:
1. RECORDANDO A GOBERNADORES Y SEXENIOS ANTERIORES. Haré un resumen brevísimo de los gobernadores de Coahuila de 1999 a 2023, atendiendo su personalidad y lo que marcó a su sexenio. Enrique Martínez y Martínez (1999-2005) fue un gobernante tradicional (vieja guardia) que puso un marcado empeño por fortalecer la identidad coahuilense con museos, eventos culturales y la creación del himno coahuilense. Humberto Moreira Valdés (2005-2010) fue un populista que ofreció progreso material a un altísimo costo (megadeuda), siendo el AMLO coahuilense. A Rubén Moreira Valdés (2011-2017) le tocó “bailar con la más fea” y sólo su disciplina le permitió mantener vivo a un estado en crisis agónica en todas sus facetas (política, económica, social y moral). A Miguel Riquelme (2017-2023) su mesura le permitió consolidar la seguridad pública, estabilizar las finanzas y plantarle cara a AMLO, quien asaltó en despoblado a Coahuila y a los demás estados. A unos se les recuerda más que a otros y, naturalmente, todos tuvieron sus fracasos, pues cada gobierno los tiene.
2. GOBERNADOR Y SEXENIO ACTUAL. El gobernador Manolo Jiménez es el más joven de los gobernadores antes citados y ello significa energía para hacer cosas, pero la pregunta es ¿cuáles cosas? ¿lo de siempre y tradicional de los gobiernos? Recibió a un estado recién salido del hospital y listo para seguir su andar por la historia. Ciertamente las finanzas no son las mejores, pero sí más sólidas respecto a las de antes. Ha mantenido el alto nivel de seguridad en el estado, lo cual es un reto enorme y considerando lo que sucede en el país, pero eso ya no es suficiente. Eso ya lo dan los coahuilenses por un hecho y es una obligación mantenerla. Entonces vuelvo a las preguntas primero citadas y mi respuesta es que, a dos años, no veo yo una señal identitaria del actual gobierno, es decir, lo que le marcará en la historia. En la personalidad del gobernador no hay ninguna duda; joven dinámico y franco al hablar como el solo, pero ¿qué hay de su gobierno? Insisto, a su segundo año no visualizó yo esa señal identitaria ¿Mejora Coahuila? Para mi es un empaquetamiento de un cúmulo de servicios para atender a las clases menos favorecidas, y nada más. Los demás programas gubernamentales, sin duda muy necesarios, son los obligatorios de todo gobierno estatal. La obra pública no ha sido como para cambiar radicalmente el entorno atendido. No hay como, digamos, una o dos líneas de metrobús en Torreón o Saltillo. El tren Saltillo-Monterrey es federal. Tampoco se “ha peleado” o le ha reclamado al gobierno federal por los salvajes recortes al presupuesto estatal, como sí lo hicieron sus antecesores. Al contrario, su extrema cercanía con Sheinbaum me causa mucha confusión, considerando los graves recortes presupuestales. En la generación de empleo no hay mucho por resaltar, considerando que Coahuila se vende casi solito a los inversionistas debido a su ubicación geográfica. Se me viene a la mente el programa educativo “Level Up”, el cual busca mejorar la enseñanza del idioma inglés en el estado, a propósito de que Coahuila es uno de los estados donde menos se habla ese idioma a pesar de ser estado fronterizo. Pero a este programa, que intenta realizar un cambio estructural muy benéfico, todavía le falta tiempo para ver sus frutos. Destaco también sus esfuerzos para estar en buena relación con Texas, un socio de extrema importancia. Pero de ahí en fuera me parece no hay más. Estoy pues desconcertado.
3. CONCLUYENDO: EN TIEMPOS COMPLICADOS LAS OPORTUNIDADES ABUNDAN. Apenas van dos años y quedan largos cuatro años por delante. Suficiente como para intentar dejar la huella con la cual se desea ser recordado como gobernante y como gobierno. México vive el momento más complicado de los últimos treinta años. El país no crece económicamente, la inseguridad sigue muy alta, la educación y la salud están por los suelos, Sheinbaum no puede con el paquete y su movimiento está infestado de corrupción y narcopolítica. Es un país casi a la deriva. En este entorno le toca a Manolo hacer y dejar su huella. Donde hay crisis hay oportunidad, dice el dicho. Iremos viendo.
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