Localeando, El Diario de Coahuila, 6 de junio 2003
Como anillo al
dedo leí una nota sobre el Director de Ecología, Sergio Avilés de la Garza y es
que mucho tiene que ver con lo que escribí la semana pasada y con lo que
escribiré para hoy; la unión de visiones de los diversos grupos de la sociedad
y de diversos gobiernos locales a través de un órgano independiente que se
encargue de visualizar, planear, trazar y encauzar el desarrollo futuro de la
región sureste de Coahuila.
Sergio
Avilés de la Garza, Director del Instituto Coahuilense de Ecología, señaló la
semana pasada textual; "Nosotros si
fuéramos inteligentes y conscientes, elegiríamos un lugar apropiado para
nuestra basura, de toda la región, porque no importa si somos ramosarizpenses o
saltillenses o arteaguenses, el problema de la basura de Arteaga nos llega a
Ramos Arizpe, el de Saltillo a Ramos Arizpe, y el de Ramos Arizpe a Saltillo, y
yo creo que lo tenemos que resolver todos de una manera”. No es que nunca haya
escuchado algo similar pero que palabras tan más sensatas y oportunas de un
funcionario público.
Su
propuesta de hacer un relleno sanitario conurbado es algo que tiene que empezar
a trabajarse ya. Las crecientes diferencias políticas entre los tres municipios
del sureste del Estado (Ramos gobernado por el PAN, Arteaga y Saltillo por el
PRI) hace que la coordinación en aspectos básicos y fundamentales sea demasiado
pobre, si es que existe. Y es que esa contaminación de la política sobre
asuntos que nada tiene que ver con ella, está frenando y limitando el
desarrollo integral de la región.
Y no
hablo simplemente de hacer o ampliar una avenida que conecte a un municipio o
algo por el estilo o de formar comités (con integrantes temporales, sin dinero
institucional y sin poder de decisión visional) que definen el destino de
ciertos recursos provenientes de impuestos especiales (léase el impuesto sobre
nóminas, etc). El desarrollo integral va más allá de todas estas obras
superficiales, indispensables sin duda alguna, pero que su impacto es limitado
y de poco alcance. Tampoco se trata de formar puntos de encuentro temporales,
que insisto también sirven, pero no para visualizar aspectos del largo plazo.
Hay que ver más allá.
La
semana pasada mencione sobre el Instituto Municipal de Investigación y
Planeación de Ciudad Juárez y realice una breve descripción de su sustento
legal, su carácter de independencia económica y el equilibrio de visiones que
la integran. Si bien este instituto solo integra a un municipio, no hay
impedimento para que en el Sureste de Coahuila se forme uno que integre a tres
municipios, es más, sería algo muy innovador y sería un ejemplo a nivel
nacional.
Sin
embargo le veo un problema; la falta de voluntad política y el choque de
visiones entre los gobiernos municipales entre sí y después con el gobierno del
Estado. ¿Y quién sale perdiendo una vez más? El ciudadano.
Algunos
municipios grandes del país están tomando conciencia de la importancia de
desligar la planeación de factores políticos y temporales y se encuentran
desarrollando sus políticas de futuro en organismos independientes. León,
Pachuca y Culiacán son sólo algunos de ellos.
La
región sureste puede tomar dos caminos, uno casi ejemplar y otro no tanto,
mismos que trataré de ejemplificar con historias reales que hoy suceden sobre
dos zonas metropolitanas del país; el camino de la zona metropolitana del
Distrito Federal o el camino de la zona metropolitana de Monterrey.
Hablando
sobre la primera (DF) les puedo decir (con conocimiento de causa ya que radico
por acá desde hace dos años) que la falta de voluntades entre el gobierno del
Estado de México, el del Distrito Federal y los gobiernos municipales
metropolitanos, hace que las diversas comisiones metropolitanas de plano se
encuentren casi paralizadas. Problemas como el del transporte, que requiere
soluciones integrales, se topa con muros políticos que les impiden avanzar.
La
falta de continuidad en obras como el metro o el diseño de trenes suburbanos,
hacen que esta ciudad sea un caos en materia de vialidad. Un excesivo número de
unidades de transporte colectivo invaden las vialidades que tratan de comunicar
a la zona conurbada. Estas “combis” y autobuses son los principales
interruptores de vialidad ¿Y todo porque? Porque no hay medios de transporte
masivos debido a que por un lado los líderes sindicales impiden la construcción
de estas obras, los gobiernos locales que más que defender intereses ciudadanos
defienden posturas políticas y porque las comisiones metropolitanas son muy
limitadas, sesgadas y fácilmente manipulables, sin olvidar que carentes de
presupuestos.
El
otro camino que puede tomar la región sureste es el de la zona metropolitana de
Monterrey, donde a pesar de haber gobiernos locales provenientes de distintos
partidos, más o menos llegan a acuerdos que les permiten avanzar y visualizar
hacia el futuro, pero que sin embargo aún les falta camino por recorrer para
institucionalizar esa coordinación que han logrado.
Me quedo entonces con el significado profundo de las
palabras del director del Instituto Coahuilense de Ecología, esperando que no
sea simplemente una buena declaración que no encontró eco entre los sectores de
gobierno y sociales. Se que por ahí hay algunos esfuerzos que apuntan hacia
visiones de largo plazo, pero les falta algo; institucionalizarse.
Como saltillense (por el momento en exilio voluntario) y
desde esta trinchera hago un llamado a las autoridades estatales y municipales,
a los grupos empresariales y sociales, a las universidades y partidos
políticos, a que todos juntos, sin exclusión de nadie, se definan acciones que
conlleven a construir los pilares de un instituto (o como se llame) que sea el
integrador de visiones y el generador de propuestas que conlleven a solucionar
retos en el campo del agua, calidad del aire, basura, vialidades, población,
cultura cívica y obras de infraestructura, mismos que tiene que analizarse de
manera conjunta, no dispersas.
A formar una estructura institucional ajena a visiones
unipersonales y partidistas. En suma a visualizar un desarrollo integral para
la región sureste del Estado a través de una órgano independiente. Los ejemplos
ahí están, sólo falta voluntad y es que aún se esta a tiempo, aunque este se
acaba rápidamente.
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