Localeando, El Diario de Coahuila, 21 de marzo 2004
En el ámbito estatal, cada seis años en México se desarrollan 75 procesos electorales constitucionales, ya sea para elegir presidentes municipales, diputados locales o gobernadores y hasta julio del 2000 había 20 mil 500 cargos de elección popular en el país, cifra que no es ni será constante debido a la creación de algunos municipios, principalmente en el Estado de México.
En el
año 2003, además de la elección federal, hubo elecciones para renovar al total
de autoridades estatales y locales en seis estados del país (Sonora, Nuevo
León, San Luis Potosí, Campeche, Colima y Querétaro), a diputados y
ayuntamientos en otros tres (Jalisco, Guanajuato y Morelos) y a delegados en el
Distrito Federal. En resumen hubo elecciones, a la par que en el ámbito
federal, en prácticamente un tercio de las entidades del país.
Para
estas entidades, el reto de hacer coincidir sus elecciones con la federal es un
obstáculo ya superado, pero algunos de ellos tuvieron que hacer los ajustes
pertinentes para que así sucediera, como lo hizo Jalisco a mediados de la
década de 1990. Sin embargo, existen otros que van contracorriente, como lo es
el Estado de México, donde según los analistas, dicho “desempate electoral”
mexiquense se debió a los resultados de la elección del 2000 que, temiendo una
nueva ola de votantes en contra del tricolor influenciados por la elección
federal, el gobernador Montiel hizo lo necesario para que las elecciones
locales se celebrasen cuatro meses antes que las federales, es decir, en marzo.
Hasta
aquí un balance general de la situación electoral en el país con respecto al
empate de elecciones, pero pasemos a Coahuila, donde recientemente un diputado
local panista propusiera que en el 2005 se empaten las elecciones entre
Gobernador y Presidente de la República, además de las propias para Diputados
locales y federales, así como Ayuntamientos (aunque para la segunda elección se
desempatarían dado la duración de sus administraciones –cuatro años-).
Las reacciones
de los especialistas, estudiosos y académicos a la anterior propuesta no se han
hecho esperar y con justa razón. Ellos han destacado los ajustes
constitucionales y legales que habrían de realizarse para que procediera la
iniciativa. Así pues, el Instituto Electoral y Participación Ciudadana ha
manifestado que empatar las elecciones implicaría entre otras cosas: hacer
reformas electorales con connotaciones constitucionales electorales en el
Congreso, realizar convenios con el IFE y el Registro Federal de Electores,
empatar las legislaciones electorales, empatar tiempos de campaña, definir
nichos para colocar la publicidad y más.
Por
otro lado, para el Director de la Facultad de Jurisprudencia de la U.A. de C.,
la principal limitante para un interinato de 9 meses en la Gubernatura no es la
creación de la figura jurídica, pues ésta ya existe, sino ampliar la
temporalidad. Como sea que fuere, cualquiera de todos los ajustes antes
mencionados tienen viabilidad debido a que son
estrictamente técnicos y de procedimientos, a excepción de uno: El
tiempo o plazo para llevarlos cabo. Este elemento, importantísimo para los
eventos electorales, deberá ser abordado con sumo cuidado y bajo perspectivas
exclusivamente técnicas y no políticas, por lo que nuevamente los expertos de
esas áreas deberán llevar la voz cantante, alejados de cualquier tipo de
influencia.
De
entrada pareciera ser que existe el tiempo suficiente para llevar a cabo esta
reforma, pero aquí es donde entra el otro elemento importante: La política.
Este elemento siempre es más complejo porque en ellas intervienen
interrelaciones personales (incluidos actitudes y comportamientos) con marcadas
diferencias ideológicas, ligadas muchas veces a eventos pasados, lo que
obstaculiza el diálogo y la comunicación entre las fuerzas partidarias y
sectoriales.
Si a lo
anterior le agregamos que se trata de una reforma estrechamente vinculada con
los caminos de acceso al poder político, entonces el reto no es sencillo, por
lo que las voluntades de los actores importan. Y ya que hablamos de actores
comencemos por el Gobernador, que para él una "Minigubernatura"
ofrecería una mejor planeación entre los Gobiernos estatal y federal, amén de
las que ya conocemos. Pero sin duda la cancha más espinosa es la del Congreso,
aunque no todo es tan pesimista.
La
primera reacción del PRI a la propuesta no fue de rechazo, por lo que eso ya
ofrece posibilidades reales dada su mayoría en el Congreso, sin embargo hay que
tener presente que esas reacciones provienen de un sector de ese partido y no
de una postura oficial. Antes de dar su versión final, este partido, al igual
que el resto, analizarán los “pros” y contras”.
Sin
duda que el “temor Montiel” se hará presente entre algunos sectores priístas
coahuilenses, aunque no es para inquietarse, ya que ese temor no necesariamente
tiene un fundamento sólido dada la casi nula correlación directa entre ambas
elecciones. Baste recordar que en el 2000, con todo y el efecto Fox, el PRI
estuvo a punto de ganarle la gubernatura de Jalisco al PAN. Y cito otro
ejemplo: la elección extraordinaria en Colima para elegir gobernador, y que se
llevó a cabo en medio de las profundas divisiones del PRI en el ámbito
nacional, pero no así en el estatal. El resultado de lo anterior: triunfo del
PRI.
La
experiencia va señalando que el electorado ya diferencia entre los tipos de
elecciones (local y federal) por lo que vota en consecuencia, y que los
escenarios no precisamente se mezclan, así que los triunfos locales se
construyen ahí mismo: En lo local.
De dar
entrada ha esta reforma habría que
aprovecharse el momentum para efectuar otras modificaciones, como la
definición de topes en gastos para medios masivos de comunicación y publicidad,
con la intención de privilegiar el debate y las propuestas y no basar los votos
en aspectos meramente de mercadotecnia.
La ley
electoral de Coahuila es innovadora, y como la sociedad misma, debe ir
evolucionando constantemente, no importa que se tengan que modificar una y otra
vez la Constitución o leyes secundarias. Al final lo que nos debe guiar es el
desatar procesos que vayan construyendo escenarios que conlleven hacia una
creciente calidad de vida de los coahuilenses.
Glosa:
Los mejores deseos al 1er Festival del Centro Histórico de Saltillo.
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