Artículo
Localeando, 20 de Febrero de 2014
Jaime Villasana Dávila
A principios de
mes el presidente Enrique Peña Nieto (EPN) presentó el “Plan
Michoacán” bajo el cual se le destinará a ese estado la enorme cantidad de
45 mil 500 millones de pesos. El plan contempla cinco ejes:
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No creo que lo vayamos a lograr. Es un plan de corto plazo. |
1- Economía familiar y empleos; consiste
en apoyar a pequeñas y medianas empresas a través de créditos, capacitación y
apoyos productivos. 2- Educación y cultura para la prosperidad; acciones para
que los jóvenes desarrollen talentos y pasen más tempo en las escuelas.
3- Infraestructura moderna y
vivienda digna; mejorar la red estatal de carreteras, mejorar al puerto de
Lázaro Cárdenas y construir viviendas. 4- Salud y seguridad social; brindar
apoyos a la vivienda tanto para rehabilitación como adquisición o construcción.
5- Desarrollo social y sustentabilidad; sumar a 30 municipios michoacanos a la
Cruzada Nacional Contra el Hambre, instalar 400 comedores comunitarios y apoyar
a comunidades indígenas.
Todas estas acciones son importantes
y necesarias pero falta una crucial; fortalecimiento institucional del gobierno
estatal y municipal y desde el poder judicial y hasta el poder legislativo.
¿Acaso el aparato gubernamental
michoacano está muy bien y no requiere de ajuste alguno? ¿Todos los servicios
públicos, incluyendo la seguridad, son entregados con la más alta calidad? ¿El
gobierno federal no incorporó un eje sobre este tema para no “violar” la
autonomía del estado? ¿Pero acaso el gobierno federal no tiene todo el derecho
de poner las condiciones que sean necesarias por invertirse una monstruosa
cantidad de dinero?
El Plan Michoacán fallará
precisamente por la carencia de un eje relativo al fortalecimiento
institucional estatal y municipal. El estatus institucional de tales órdenes de
gobierno es tan disfuncional que todos los días surgen síntomas al respecto. Chiapas
y sus 20 años con miles de millones de pesos invertidos por la federación para
que todo siga igual, es uno de ellos. (Con Michoacán pasará lo mismo).
¿Otro síntoma? Las deudas de los estados
siguen creciendo imparablemente según la SHCP, ubicándose al cierre
de 2013 en 482 mil millones. Ni la reforma constitucional aprobada
en agosto pasado podrá detenerla precisamente por la misma carencia.
Si a nivel
federal el barco se ha ido enderezando en los últimos años con ciertas
reformas, a nivel estatal-municipal el barco está hundiéndose rápidamente y casi nadie quiere hacer algo al respecto. Sólo hay retórica. ¿Dónde está la gran reforma para estos órdenes de gobierno?.
El tiempo se nos
está acabando para actualizar a nuestros estados y municipios. Hay que hacer
algo antes de que nos hundan a todos. Sin ellos bien calibrados no hay reforma
que valga.
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