Artículo Más Información, 2 de octubre de
2023
LOCALEANDO - Jaime Villasana Dávila
En este año se cumplen 40 años de la reforma al artículo 115 de la
Constitución mexicana que convirtió al municipio en un nivel de gobierno capaz
de brindar servicios públicos a la ciudadanía y administrar sus propios
recursos. Antes de 1983 el gobierno municipal era meramente una oficina de
administración local del gobierno federal y estatal.
Dicha reforma no fue porque “papá” gobierno federal haya sido a todo dar. Lo hizo porque no tenía de otra ante la grave crisis económica, social y política que enfrentaba el país en aquellos años. Lo hizo para quitarse broncas y responsabilidades y pasarle algunas a los estados y a municipios. Luego vinieron otras reformas pero la del 83 fue parteaguas.
Debe recordarse que los gobiernos nacionales siempre tenderán al centralismo, pues ello da poder para controlar recursos y actores políticos. Claro, algunos presidentes son más centralistas que otros.
Esa primera gran reforma municipal ha dejado cosas buenas y malas, como todo en la vida, pero entre el gremio municipalista, y que está dividido y ausente hoy en día, el vaso está medio vacío. Al menos tengo esa impresión y coincido con ello.
Las capacidades que la reforma al 115 de 1983 quiso desarrollar en los gobiernos municipales (agua, drenaje, alumbrado, seguridad, rastro, calles, basura, parques, cobro predial, etc.) no han sido concretadas en una inmensa mayoría de los municipios. La prueba es muy simple. En muchos municipios los servicios antes citados son pésimos y buena culpa la tienen los alcaldes y autoridades municipales, pues quieren hacer de todo por motivos electorales y con recursos limitados en lugar de concentrarse en lo suyo. Le quieren tirar a todo y no le pegan a nada.
A lo anterior súmele el egoísmo de Congresos locales, gobiernos estatales, partidos políticos y gobierno federal para mantener al municipio como un actor de ligas menores, así como la división actual del municipalismo mexicano.
Pero también ha habido notables casos y avances con la reforma de 1983 y de ellos destaca uno por mucho: Nada más y nada menos que la derrota del antiguo régimen priísta del 2000. Hay que recordar que a partir de la segunda década de los 80s y en todo los 90s la oposición comenzó a ganar muchos municipios y eso fue factor fundamental (no el único) para la transición, la cual hoy se ve amenazada por el centralismo y autoritarismo que quiere imponer AMLO y su partido.
De ese tamaño es la importancia del municipio en México. Lástima que para la inmensa mayoría de los ciudadanos y los actores políticos no les es importante.
Glosa: La Red de Investigadores en Gobiernos Locales (IGLOM), y a la cual pertenezco, organizó la semana pasada un evento para reflexionar sobre los 40 años de la reforma municipal. Si te interesa el tema vale la pena que veas sus conferencias en www.facebook.com/IGLOMred/
www.localeando.com Twitter: @jvillasanad
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