El sexenio de Manolo; las dos prioridades

 

Artículo Más Información, 27 de noviembre de 2023

LOCALEANDO - Jaime Villasana Dávila

Dos semanas atrás escribí en este mismo espacio sobre el legado del gobernador saliente de Coahuila, Miguel Riquelme. Señalé que afianzó la seguridad en el estado y en los demás temas hizo lo que pudo con el poco presupuesto disponible debido al pago de la deuda.

Comenté también sobre los pendientes que dejaba y de esos quiero ahondar en dos que, a mi juicio, deben ser los dos pilares sobre los cuales el ya muy próximo gobernador deberá enfocar buena parte de su energía, sin descuidar naturalmente los otros temas importantes.  

 

Cuando todo es prioridad, nada es prioridad. Y donde está el presupuesto están las prioridades. Imagen; El Economista.

El primero es la movilidad. Este tema va mucho más allá del mero intenso tráfico en las dos principales ciudades del estado (Saltillo y Torreón) y del creciente en sus tres ciudades medias (Monclova, Piedras Negras y Acuña).

La movilidad efectiva de las personas no solo alivia el tráfico vehicular sino que también conduce el desarrollo de las ciudades, minimiza la contaminación, hace fluir la productividad e impacta la calidad de vida de la población. Además, electoralmente hablando es un tema muy potente. Es un tema central para las clases medias y, en ciudades intermedias y grandes, es el que hace ganar elecciones al mantener contento a ese electorado.

Samuel García entendió muy bien este tema ya colapsado y lo hizo prioritario en su plan de gobierno. Hoy la zona metropolitana de Monterrey tiene un boom de obras de movilidad sustentada en construcción de líneas de metro y rutas de metrobús.

Ahora bien, delimitar la movilidad a la construcción de obras viales tipo gringo es un tremendo error y en Saltillo y Torreón es lo prevaleciente en los últimos años. Ninguna de las dos cuenta ni siquiera con una línea de Metrobús y, para el caso de la capital, el transporte urbano es un mero adorno. El vehículo es el rey y así le va a la ciudad.

Naturalmente este problema ha sido analizado entre las autoridades estatales y municipales de las dos ciudades principales coahuilenses. Hay incluso proyectos de movilidad basados en nuevas vialidades, transporte urbano y alternativa. No obstante, me parece que el peso de la deuda nubla la creatividad para impulsar y financiar estos proyectos.

A lo anterior debe sumarse el enorme peso político que tienen los concesionarios actuales del transporte urbano en las decisiones sobre movilidad. El gobierno estatal y municipales no quieren problemas y usualmente claudican ante ellos. Se aplican mejorales a una enfermedad de cirugía mayor.

Seguir esta ruta es inviable políticamente ante un electorado clasemediero que difícilmente dejará pasar otros seis años sin proyectos de movilidad que al menos le den rumbo al tema. Por ello el sexenio que recién comenzará deberá ser creativo para crear / actualizar un plan de movilidad integral (resalto integral) para las dos zonas metropolitanas que deciden el resultado de las elecciones estatales.

El gobierno claramente no tiene ni tendrá el presupuesto para por sí mismo solucionar este problema. Siendo así, el único camino viable hasta ahora es concesionar proyectos para la construcción y operación de líneas de movilidad masiva (metrobús, principalmente) ya sea dándole la oportunidad de participar a los actuales concesionarios y, si no lo desean, se abre a nuevos inversionistas.

AMLO así lo entendió también cuando fue Jefe de Gobierno de la CDMX y por ello concesionó construcción y operación de las primeras rutas de Metrobús a particulares (concesionarios y otros inversionistas), iniciando con el Metrobús Insurgentes. Luego de ello vinieron otros proyectos de movilidad complementarios (ciclovías, bicicletas compartidas, segundos pisos, etc.), que han hecho que la capital ya no sea la urbe con el peor tráfico en el mundo.

El gobernador entrante no puede ser rehén de los concesionarios actuales del transporte urbano en ninguna circunstancia. Claudicar es arriesgar el apoyo del electorado en Torreón y Saltillo.

Me paso al segundo tema; la ética pública. En toda sociedad desarrollada y no desarrollada hay una red de intereses entre autoridades y privados, queriendo estos últimos sacar la mayor raja económica para su beneficio. Muchas veces estos actores o sus familiares se mueven al mismo tiempo en ambos ámbitos, es decir, hay por ejemplo alcaldes o regidores que tienen negocios o familiares con empresas. Esto representa una enorme tentación para servirse o aprovecharse de los presupuestos públicos.        

Añádase el hecho de que los cargos públicos se reparten en función de afinidades políticas, familiares (nepotismo) y/o personales. Y si no hay un servicio civil de carrera, como en Coahuila, pues el riesgo se agranda.

Mi punto aquí es que las sociedades desarrolladas han logrado más o menos contener estas relaciones que benefician a unos pocos pero dañan a muchos, principalmente a los que menos tienen. Sin embargo, en Coahuila (y en México) no ha sido así. Prevalece el conecte, la red o conocidos por sobre la meritocracia y las reglas establecidas. Este hecho es uno de los factores que mantiene a una sociedad en la mediocridad; una trampa de la cual México y Coahuila no han querido escapar.

No soy ingenuo para exigir que la arquitectura de relaciones actuales deba eliminarse. En ningún país es así, ni siquiera en los desarrollados, como lo señalé anteriormente. Empero, como estado debemos hacer un mayor y continuo esfuerzo en la materia ¿Queremos ser una sociedad con gobierno y servicios públicos de primera como en Europa, Japón o EE.UU.? La receta la sabemos todos y en ella hay un ingrediente llamado ética pública, la cual aplica para autoridades y ciudadanos. Y aquí es donde entra el nuevo gobierno estatal.   

El gober saliente dio unos primeros pasos en el tema que el nuevo gobierno estatal debe no solo retomar sino acelerar a manera de campañas de comunicación, reforzamiento del marco normativo y, principalmente, en la práctica. En esto último el ejemplo es lo más aleccionador que existe. Las relaciones de intereses no pueden ser la regla, sino la excepción. El próximo gobernador mucho puede hacer en este tema.

Vienen tiempos polarizantes, radicales y más complicados para México gane o pierda MORENA en la elección presidencial del 2024. Coahuila no puede dejarse arrastrar hacia ese vacío de inoperancia y de mediocridad continua que ya dura 200 años.

Por ello debe seguir reforzando y puliendo sus estructuras de gobierno y sociales, las cuales deben basarse en el profesionalismo, la rendición de cuentas, el mérito y los valores democráticos.  

El próximo gobernador, Manolo Jiménez, tomará el mando del estado en un momento muy complicado a nivel nacional, pero de muchas oportunidades económicas para el estado. En seis años veremos si fue capaz de hacer a Coahuila no solo un estado más global con infraestructura física ampliada y capital humano de primera, sino también de instituciones fuertes y una ética pública más arraigada. Esto último es lo más difícil de lograr.    

Glosa: En uno de sus post en la red social X, el gobernador entrante de Coahuila hizo una toma panorámica de su equipo de planeación durante una sesión de trabajo. Creo era sobre los primeros 100 días de gobierno. Con lo poco que pude ver, me sorprendió ver a un equipo de hombres y mujeres muy jóvenes. Si es así, ello alienta. El gobierno estatal requiere ya renovar una buena parte de sus cuadros para darle más energía y creatividad a su trabajo.

www.localeando.com  Twitter: @jvillasanad

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