Artículo publicado en Más Información, 4 de marzo de 2024
LOCALEANDO - Jaime Villasana Dávila
Revisando los 100 puntos que Claudia Sheinbaum propone en su plataforma electoral la palabra “municipio(s)” se cita solamente una vez y solo para indicar “Vamos a construir consultorios familiares en los 154 municipios que aún no cuentan con ello”.
La palabra estado(s) se cita 10 veces para describir varios conceptos (Estado, Estados Unidos, Estado Mayor Presidencial, etc.) y solamente en dos hace referencia a los estados de la República: una para atender la contaminación atmosférica y en otra para decir que visitará a todos los estados del país.
La palabra “federalismo” se cita cero veces. La frase “Pacto Fiscal” mucho menos se cita.
Esa es la importancia que le da Claudia Sheinbaum y MORENA a dos de los pilares del Estado mexicano; los municipios y los estados.
La verdad no sorprende esta omisión. MORENA nació como un partido centralista aglutinado en torno a una persona cuyo nombre tiene el acrónimo AMLO y este jamás hizo referencia seria en todo su sexenio sobre el fortalecimiento a los municipios y a los estados.
Al contrario. A los estados y municipios morenistas los tiene subyugados en todos los sentidos. A los de la oposición los tienen ahorcados financieramente. Ya en artículos anteriores he citado como en su sexenio AMLO dejó de entregarle recursos a Coahuila por más de 20 mil millones de pesos, por citar un caso.
En reiteradas ocasiones tanto Sheinbaum como Juan Ramón de la Fuente (JRF), su coordinador de las mesas de trabajo para elaborar la plataforma electoral, señalaban que habían juntado a los investigadores, intelectuales y conocedores de los temas en los cuales el país enfrenta serios desafíos y ciertamente el fortalecimiento de municipios y estados es uno de ellos.
Y aquí sucedió una de dos; a) se citaron en esas mesas pero Sheinbaum y JRF los eliminaron de los 100 puntos o b) la selección de las personalidades invitadas fue muy deficiente que olvidaron invitar a personas conocedoras de tales temas.
Pero también está la tercera opción ya citada y es por la que me inclino yo; Sheinbaum también es centralista, igual que su partido y AMLO. No hay más.
El tema de municipios, estados y federalismo no es menor. En el siglo XIX México tuvo guerras civiles para definir si seríamos un país federalista o centralista. Al final los primeros ganaron y así quedó plasmada en las Constituciones. Pero esto es un decir pues en la práctica el país ha sido cuasi centralista desde el porfiriato y hasta el 2000, pero durante todo el siglo XX había balances y concesiones a los estados.
Del 2000 al 2018 los temas de municipios, estados y federalismo estuvieron en la mesa del debate público. En el 2004 se celebró una Convención Nacional Hacendaria de la cual se derivaron acuerdos que impactaron algunas leyes en la materia.
La Conferencia Nacional de Gobernadores (CONAGO) estuvo muy activa en todos esos años y la Conferencia Nacional de Municipios de México (CONAMM) vivió sus mejores años del 2010 al 2018. Las reuniones entre ambas instancias con el gobierno federal, incluido el presidente en turno, eran constantes y se generaban acuerdos.
Cierto, en esa época hubo mucho abuso de algunos estados y municipios siendo reflejo de ello las altas deudas locales y la aprehensión de múltiples gobernadores. No obstante, eran los riesgos que debían correrse para hacer avanzar la agenda. Muchos de tales riesgos fueron atendidos con normativas como la Ley de Disciplina Financiera y para el 2018 la situación se había estabilizado.
La llegada de AMLO, habiendo sido Jefe de Gobierno de la CDMX y experimentado el centralismo, auguraba ciertas esperanzas para continuar con la misma dinámica de descentralización.
Sin embargo, el resultado de su sexenio en los tres temas (municipios, estados, federalismo) ha sido lamentable. Las reuniones de AMLO con la CONAGO fueron contadas y con la CONAMM jamás se reunió y, hasta donde recuerdo, tampoco lo hizo el Secretario de Gobernación en turno.
He de reconocer que algunas Secretarías federales, como la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (SEDATU) -y un par más- hicieron esfuerzos por trabajar de la mano con estados y municipios. SEDATU generó algunas normas urbanas y de movilidad, pero ello fue un logro obtenido a pesar de AMLO, quien tenía otros intereses.
De hecho, fue tal la violencia verbal y acoso contra los estados opositores que entre 2018 y 2021 surgió la Alianza Federalista para tratar de más o menos equilibrar las fuerzas. Naturalmente al final ganó la federación. Otros casos de centralismo; AMLO recentralizó la educación y la salud en los 21 estados morenistas y ambos temas son de los peores evaluados por los mexicanos en las encuestas y en los estudios de organizaciones nacionales e internacionales.
De la inseguridad mejor ni hablar; fondos federales para fortalecer las policías municipales y estatales fueron recortados o desaparecidos, por citar un solo caso. La inseguridad es el tema peor evaluado por los mexicanos del gobierno de AMLO. Tampoco ayudó el enfoque centralista asignado a la Guardia Nacional.
En un estado federal normal los municipios son más responsabilidad de los estados que de la federación, pero en el federalismo a la mexicana la federación sigue teniendo un enorme impacto en ambos debido principalmente al Pacto Fiscal, en el cual el gobierno federal recauda casi todos los impuestos más importantes y luego distribuye. Quien maneja el dinero, lo maneja todo. No se requiere ser experto para saberlo.
Si nuestro federalismo no cambia, los estados y municipios limosneros, esos que nomás levantan la mano ante la federación para pedir recursos sin ofrecer esfuerzo o sacrificio alguno a cambio, seguirán existiendo y esto ha sido factor alimentador de nuestra actual mediocridad nacional.
En suma, un posible gobierno de Sheinbaum será más de los mismo para los municipios, estados y el federalismo; centralismo puro y rancio. Su plataforma lo dice al ignorarlos.
Glosa: Si lo anterior fuera poco, muchos de los otros puntos de Sheinbaum refuerzan el centralismo. La Guardia Nacional al Ejército, la desaparición de órganos autónomos, la reforma judicial y la electoral van por la reconcentración del poder en el presidente y eso es centralismo. Por cierto, el centralismo fue la bandera de los conservadores del siglo XIX. Queda claro entonces quienes son los conservadores en México en este siglo XXI.
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