In memoriam PRI; en Coahuila por definirse

 

Artículo publicado en Más Información, 12 de agosto de 2024

LOCALEANDO - Jaime Villasana Dávila

De hoy en adelante el PRI podrá seguirse llamando tal cual, pero en el fondo es ya un partido muy diferente al que existió desde 1929, cuando fue fundado por Plutarco Elías Calles y que en 1946 cambió al nombre actual.

 

Un Alito Moreno sonriente al tomar protesta en la reelección: su plan ha sido consumado. Un nuevo PRI ha nacido, aunque muy probablemente no el que requería el país. Imagen: X - @alitomorenoc

La reelección ayer de Alito Moreno como su presidente hasta 2028 en la asamblea nacional priísta fue el último clavo del ataúd del partido. Se trató de una reelección que jamás había sucedido, aunque debe tenerse muy en claro que este hecho no fue lo que sepultó al partido, sino una serie de hechos acontecidos desde 1997, año en que perdió la mayoría en la Cámara de Diputados. Una larga muerte ante la cual el PRI poco hizo para evitarla en todo este tiempo.

Alito Moreno y la dirigencia nacional actual se fue apropiando del partido desde el 2019  y la reelección de ayer culminó su obra maestra. Si Dante Delgado de MC, Alberto Anaya del PT y el “Niño verde” en el PV pueden ser los dirigentes del partido (junto con su camarilla) por más de 25 años, porque no podría hacerlo también Moreno y su equipo, al fin y al cabo, se trata de negocios partidistas de entre mil y mil 500 millones de pesos al año. AMLO seguro estará de fiesta hoy lunes.

En su defensa, Moreno argumenta que en su nuevo mandato buscará hacer del PRI un partido competitivo, moderno, unido y con propuesta, todo ello a partir de un profundo análisis a través de varias comisiones de trabajo. El problema es que, haga lo que haga y mientras su nombre y el del PRI se mantengan, el electorado no lo verá así. A nivel nacional sólo mantiene una preferencia de 10% y a la baja.

Cierto, en el futuro podrá tener algunas victorias locales (como el PT, MC y PV), pero a nivel nacional se ve prácticamente imposible. Todo parece indicar que le apuestan al olvido del electorado de su pasado para regresar al protagonismo, aunque ello se visualiza como algo casi imposible.

Hace dos meses escribí aquí mismo sobre los posibles escenarios del PRI-Nacional y del PRI-Coahuila. En él escribí que el PRI a nivel nacional “sobreviviría temporalmente, no obstante su futuro es con perspectiva negativa si su dirigencia mantiene su postura de cerrazón ante otras corrientes y la ciudadanía.”

Pues bien, la reelección de Alito con el 97% de votos a su favor (más que los de Putin en marzo pasado como presidente de Rusia con 88%) mantuvo la cerrazón, por lo que grupos de pensamiento diferente a los de Alito no serán tolerados al interior del PRI, algo que poco sucedió en toda su historia.

El PRI-Nacional como lo conocimos es ya pasado y no cuesta mucho visualizar al PRI del futuro. Basta con ver al PT, al PV y a MC; partidos menores que se alían con quien les pague más en posiciones y en prerrogativas. Por lo tanto no tiene caso dedicarle más líneas.

Mejor me enfoco en los dos bastiones que le quedan al PRI actualmente con poder: Durango y Coahuila. En un artículo previo cité que de estos dos bastiones es en Durango donde el PRI corre mayor riesgo de perderlo en las próximas elecciones estatales a celebrarse en 2028. La razón es porque en ese estado ya hubo alternancia partidista en la gubernatura con el PAN (2016-2022) y es casi un hecho que en 2028 ambos irán por su lado ante el fracaso de la alianza en la elección pasada. Será entonces una elección entre PRI, PAN y MORENA (o ¿MORENA-PRI vs PAN?), teniendo los morenistas la sartén por el mango al tener la presidencia y un PAN mejor posicionado ante el electorado de ese estado.

Nos queda el PRI en Coahuila, en donde arrasó en las elecciones municipales de junio pasado pero que en las federales (presidencia, diputados, senadores) perdió ante MORENA. En la elección a gobernador del año pasado ganó con el 57%.

El PRI en Coahuila controla a las elites económicas o más bien se controlan entre sí. Sigue bajo su manto la poderosa CTM-Coahuila, lo cual ya no sucede a nivel nacional. El sector público es casi 100% priísta y lo mismo buena parte el académico. El PAN quedó devastado en la elección pasada y MORENA es un partido de base cuyo principal enemigo han sido ellos mismos y, si logran limar su diferencias internas (algo poco probable en el corto plazo) y mejorar su discurso a nivel local, podrán tener un mejor desempeño electoral.

El caso es que, por ahora, la pésima imagen del PRI a nivel nacional no le ha pegado tanto a nivel Coahuila, aunque con un Alito como presidente y un MORENA y su nueva presidenta lanzados con todo para conquistar el bastión que se les resiste, se antoja una elección por la gubernatura extremadamente complicada para el PRI-Coahuila en 2029.

Con todo lo anterior, me surge una pregunta ¿Si Alito Moreno no cumple con su promesa de cambio y apertura del partido y se aferra todavía más al poder, el PRI-Coahuila se “independizará” de su sede Nacional? Es un escenario que, en lo personal, yo no lo visualizo aun y cuando la relación del gobernador y del exgobernador (Miguel Riquelme) no sea de lo mejor con su líder nacional.

El pegamento (o parte de este) entre el PRI-Nacional y el PRI-Coahuila se llama Rubén Moreira, exgobernador de Coahuila y parte del equipo de Alito, pero su rol no es tan simple, menos cuando está de por medio el poder político del estado y bien sabemos que entre gobernador y exgobernadores “nomás las patadas se oyen”, trátese del partido que sea.

Concluyendo, el PRI-Nacional es ya otro aunque seguirá jugando, guste o no, un rol muy importante como partido bisagra, de esos que pueden definir a un país el irse o no a un abismo instituciona. Este rol lo compartirá con MC aunque este ha dado cuenta en los últimos años de su lealtad institucional al país, pero hoy por hoy no sabemos si el PRI-Nacional de Alito jugará un rol igual.

La cosa se pone más interesante con el PRI-Coahuila y en general con el PRI en los demás estados, aunque con un liderazgo nacional todavía más vertical, la historia en estos últimos poco importa; serán obedientes en todo a Alito, pues él pone ahora a los dirigentes estatales. Además, está por verse el estado político, institucional y electoral en el que se encuentra el priísmo en cada estado luego de la catastrófica elección de junio pasado.     

El PRI-Coahuila más temprano que tarde deberá tomar una decisión respecto a que hacer con Alito y su PRI. Semanas atrás dijeron en un comunicado que esperarán a las comisiones de análisis y sus resultados para entonces tomar una decisión. Quiero suponer que desde ya están preparando sus opciones A, B y C, en caso de tales comisiones no cumplan con las expectativas del priísmo coahuilense. ¿Qué tipo de arreglo político quiere el PRI-Coahuila con el PRI-Nacional: federalismo, confederación, sumisión o independencia?

Pronto tendremos la respuesta.

Glosa: Sobre el PRI-Coahuila y su futuro mi apuesta sigue siendo la misma: debe ir por su independencia y convertirse en un partido local si es que quiere aumentar sus posibilidades de supervivencia en el futuro como bloque político en el poder. Ahora bien, no se trata de conservar el poder por el poder, sino lo que quieres hacer con él, en este caso en Coahuila ¿quieres un estado global, moderno, competitivo y de primer mundo, como al que aspira el gobernador actual? Bajo el arreglo actual nunca podrás lograrlo, pero esta es otra historia. 

www.localeando.com   X: @jvillasanad

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