4T, Sheinbaum, el federalismo y los estados cada vez siendo menos estados

 

4T, Sheinbaum, el federalismo y los estados cada vez siendo menos estados

Artículo publicado en Más Información, 1 de julio de 2024

LOCALEANDO - Jaime Villasana Dávila

Es difícil defender una causa cuando los principales beneficiados de dicha causa no se defienden a sí mismos o no hacen lo suficiente para ello. Este es el caso de los estados y, al final, de los gobernadores. Ambos maltratados, ofendidos y minimizados del 2018 para acá.  

Y se entiende el comportamiento pasivo de las/los gobernadores en tiempos de la 4T. Es casi un suicidio político lanzarse contra un gobierno federal representado por un personaje que es muy popular y cuya sucesora acaba de ganar la elección presidencial de una manera aplastante.

 

El federalismo fue vapuleado en el sexenio de AMLO. Todo indica que en el de Sheinbaum será igual. Los estados y gobernadores ni las manos meten. Imagen: Propia.

Ni los gobernadores morenistas, que son la amplia mayoría, y tampoco los de la oposición tienen la fuerza y voluntad política suficiente para tratar de más o menos nivelar el balance federación – estados. La CONAGO es un chiste y los municipios, el otro actor central del federalismo, están tan divididos en asociaciones políticas que no los lleva a nada.

Así el escenario, la ruta política para ellas(os) parece clara; seguir siendo maltratados, ofendidos y minimizados, para ver si así logran algo de “papá gobierno federal” y, a partir de octubre “mamá gobierno federal”.

El gobierno federal con sus acciones está asfixiando lentamente a los estados para llevarlos a la inmovilidad y mantenerlos en el sometimiento. Se trata de convertirlos en los hechos en meros administradores de estados y dejarles las sobras para ser gobernadoras(es).

Es cierto que las/los gobernadores (muchos) aplican la misma regla en sus estados a sus municipios; los asfixian al igual en que son asfixiados por la federación. Esto hace difícil defender su causa, cuando existe.

Además, los gobernadores no son de los personajes políticos de más confianza entre la población mexicana. Según una encuesta del INEGI sobre la valoración de autoridades a cargo de la seguridad pública publicada el pasado mes de abril, las/los gobernadores y alcaldes son los de menor confianza. La institución de mayor confianza fue la Marina. El presidente fue el de mayor confianza entre él, los gobernadores y los alcaldes. Ya habrás imaginado el festín que se dio AMLO con tales cifras en la mañanera respectiva.  

En suma, hoy las cosas le favorecen al gobierno federal en todos los sentidos, pues tenemos un gobierno federal altamente centralista y con altos índices de popularidad. Lo curioso es que sus resultados de gestión han sido desastrosos según lo dicen las encuestas ciudadanas pero, al mismo tiempo, a la ciudadanía poco le importa ello dado que las transferencias bancarias los mantienen contentos, por ahora. Los resultados de las pasadas elecciones así lo confirman.

Comento todo lo anterior derivado de los últimos recortes presupuestales del gobierno federal a varios estados anunciado en días pasados. Para Coahuila, mi estado natal, el recorte fue de 425 millones. Esto hay que sumarlo a los recortes acumulados de más de 20 mil millones de pesos que la federación le ha aplicado a dicho estado del 2019 al 2023.         

Los estados están siendo vaciados en lo financiero, en lo fiscal y en sus facultades. En lo financiero y en lo fiscal ya di ejemplo de ello. En las facultades los temas más sonoros están en educación y en salud. En este último todos los estados morenistas (24) han tirado ya la toalla y han transferido su sistema de salud al IMSS-Bienestar por voluntad propia o por la fuerza. Los de la oposición siguen resistiendo, pero nadie sabe por cuanto más tiempo.

Ahora bien, todo lo antes dicho es el pasado. El problema es el futuro, es decir, el próximo sexenio.  

Al respecto se dirá que Sheinbaum no es AMLO y que ve el contexto de manera más analítica y “científica”, incluyendo el federalismo. Se añadirán algo como “ahí están los primeros nombramientos de su gabinete, profesionales casi todos, de buen perfil y aplicando la regla de más capacidad sobre lealtad”, sobre lo cual estoy de acuerdo en ello.  

No obstante, nada indica que Sheinbaum vaya a cambiar el rumbo tomado por AMLO de la centralización del poder en todas sus dimensiones. Primero porque en su plataforma electoral prácticamente hizo nula mención de fortalecer el federalismo.

Segundo porque su partido MORENA es centralista y tercero porque toda su vida política la ha hecho en Ciudad de México, el estado más centralista de todos. Ni municipios hay. No hay manera que Sheinbaum tenga un mínimo de afecto hacia el federalismo.   

Y quizá hay que añadir un cuarto argumento; el financiero. Sheinbaum recibirá un país con unas finanzas públicas muy débiles y, para tratar de equilibrarlas, seguirá haciendo un uso indebido del Pacto Fiscal actual, aplicando más recortes a estados bajo el argumento de que Pemex no le paga la utilidad compartida al gobierno federal debido a su pésimo estado financiero, lo cual pinta para largo.

Lo curioso es que el gobierno federal actual (y siguiente) no se cansan de decirnos desde hace un par de años que la producción de Pemex se ha estabilizado y que, de aquí en adelante, todo será color de rosa. Nada más fuera de la realidad, pero esa es otra historia.   

Concluyo diciendo que, a diferencia de otros países, a las/los mexicanos de hoy les importa un pepino si el sistema político mexicano es centralista o federalista. De hecho ni entienden o saben diferenciar uno del otro. La culpa de ello la tiene en parte el discurso político y el actuar de los actores locales. Esto ha conllevado a que el afecto de las/los mexicanos por su estado natal sea algo menor respecto al afecto por México, y ahí están algunas viejas encuestas de prueba.

Durante el viejo régimen priísta se apostó por el centralismo disfrazado y terminó en fracaso. La 4T está apostando por lo mismo y va fracasando. Hoy ya hay indicios de ello; el gobierno federal de AMLO está reprobado en las encuestas de opinión en todo, salvo en “programas sociales” debido a las transferencias bancarias.

La mediocridad mexicana va a continuar mientras sigamos aplicando modelos que se quedan a mitad del río, con la excusa de adaptarlos a la realidad del país. El federalismo es uno de esos modelos. Desde 1920 tenemos un país federalista en la Constitución y centralista en la práctica. Así no funciona nada y las pruebas del fracaso las vemos todos los días.

Por ello le insisto a los estados; en este barco están solos. El gobierno federal ha visto, ve y seguirá viendo por su propio interés. No hay que culparlo, es lo normal. La pregunta es que hacen los estados para velar por su propio interés. Casi nada; los de MORENA totalmente sometidos y los de la oposición a duras penas resistiendo.

Nadie quiere hacer un viraje sustancial al timón; no la federación y tampoco estados. Siendo así, en el próximo sexenio todo seguirá igual de mediocre.

Glosa: ¿Habrá federalistas en la 4T, sean miembros o simpatizantes? El sentido común me dice que no. Si sacrifican su ideología federalista por la 4T, bajo la excusa de que la 4T es todavía más grande que el federalismo, estamos en una contradicción. La razón es muy simple: la 4T no es federalista. En sus estatus no se cita nada al respecto y en la práctica las pruebas son más que claras. Haría mucho bien que dentro de la 4T surgiera un bloque federalista. Por ahora lo veo imposible. “Si así arrasamos en las elecciones, para que cambiar”, se dirán.

www.localeando.com   X: @jvillasanad

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